Originalmente publicado en Grafomaniacos:
Ni nube blanca y caqui, ni alborozo por media cuadra hasta el semáforo. Ahora mismo, de hecho, no hay ni rastros de nubes, solo está el sol pesado, típico del medio día en El Salvador. Entramos a uno de los edificios más antiguos del país, una escuela. Ahora se llama Divino…
Del libro No voy a pedirle a nadie que me crea, del autor mexicano Juan Pablo Villalobos (hasta ahora, el único que he leído de él), extraje esta cita, que hoy dejo guardada acá para futuras referencias: Escribo sin culpa, sin vergüenza, como liberación, con comezón. No escribo para pedir perdón, no escribo para justificarme, para […]
Dejé de venir acá por culpa de un sentimiento de abandono imposible de sobrellevar. Este 2019 se me está haciendo pesado. Ni bueno ni malo: pesado. Pero no vine por eso. Mi afición por escribir se ha visto mermada, tengo el síndrome cliché de la página en blanco. Escribo y sale espuma y me temo […]
Originalmente publicado en Grafomaniacos:
Por segundo año consecutivo, el premio Centroamericano Carátula de Cuento Breve, que se otorga en el marco de?Centroamérica Cuenta, fue recibido por un escritor salvadoreño: este año, el galardonado fue Allan Barrera, por su cuento 2 de noviembre. Un cuento que, de acuerdo con el jurado, se constituye como?»una historia de…
Yo sé que invocar a Von Trier siempre se acompaña del estigma de querer ser profundo y supermegaintelectual.
Puede que sea una imprecisión imperdonable de mi texto escaso de contenido y zozobrante de hermosos y bellos adjetivos.
Prudencia Ayala fue la primera mujer en América Latina en pretender llegar a la presidencia. Era salvadoreña, indígena e intelectual:
Originalmente publicado en Grafomaniacos:
El verbo J es una novela (Laguna Libros, 2018) que trata sobre una mujer trans, centroamericana y de orígenes pobres, en su travesía hacia esa ilusión de libertad llamada Estados Unidos, libertad en los sentidos más amplios: los económicos, que son los más evidentes, pero también los sexuales. Si en Roza…
Es una cosa seria tener veintisiete años. Ya llevo algún camino recorrido. Ya saldé algunas deudas pendientes con la sociedad y la familia. Ya comencé a construir el camino hacia ese animal sinnombre al que le dicen futuro. Ya estoy algo entrado en daños, como dice Santi Balmes. Ya me comienzan a llegar algunas facturas […]
Serrat tenía 28 años cuando nos regaló ese disco. Es un dato innecesario pero muy revelador de su genio
Bitácoras y desperdicios 